Fisioterapia traumatológica: agrupa al conjunto de técnicas y cuidados, que debes recibir después de una lesión o cirugía, ya sea una contractura, un esguince, tendinitis, fractura, prótesis, etc. Esta especialidad tiene como objetivo: restaurar la movilidad, fuerza y equilibrio muscular que había antes de la lesión, ofreciendo al paciente una rápida vuelta a la normalidad. Una lesión mal curada, puede llegar a cronificarse, generando futuras complicaciones.

Fisioterapia en dolor crónico: el movimiento es vida, pero el movimiento sin dolor es calidad de vida. Actualmente, el dolor atormenta a muchos pacientes, que sólo encuentran como respuesta medicación y más medicación, o procedimientos invasivos y caros, que en muchas ocasiones no consiguen los resultados esperados. Los avances en neurobiología nos ayudan a entender qué pasa en nuestro cuerpo; con un correcto seguimiento, podemos acompañaros en vuestro proceso eliminando el sufrimiento, aportando autonomía y funcionalidad.

Fisioterapia suelo pélvico: es una especialización en uroginecología, obstetricia y coloproctología. Algunas de las disfunciones que podemos tratar desde esta especialidad son: diástasis abdominal, incontinencia de esfuerzo o de urgencia (orina, heces o gases), prolapsos, cicatrices (abdominales, episiotomías o desgarros), síntomas durante la menopausia, dispareunia, vaginismo, dolor pélvico, dolores durante el embarazo…

Fisioterapia Avanzada: engloba varias técnicas de última generación, consistentes en hacer pasar una corriente eléctrica a través de agujas, siempre bajo control ecográfico; lo que garantiza que seamos precisos y eficaces: sólo estimulamos la zona lesionada o el tejido diana, manteniendo el tejido sano al margen del tratamiento. Tenemos unos resultados muy satisfactorios en neuralgias, como pueden ser ciática, túnel del carpo, neuralgia de Arnold, pero también en afecciones del tejido conjuntivo como fascitis plantar, tendinopatías del manguito rotador del hombro, fibrosis y adherencias.